lunes, 21 de noviembre de 2011

CHAN CHAN CHAAAAAAN!





I'M FUCKING BACK.


Hoy, yo, Lázaro Esfínter, hermano de Pituitaria, me he echo con el poder. 


Esta es una nueva dictadura.




Os mantendré informados, simples humanos.


Pituitaria está ahora mismo bajo mi control.


Att: Lázaro.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El primer mártir.

Hoy  hablaremos del primer pato "mascota" de la historia :)
Su nombre era Moris L'a Cuack. Fue un gran camarada, e hizo mucho por nuestra historia. Él tuvo la gran idea de hacerse pasar por un animal doméstico.
Pero él, al igual que yo, cometió un grave error. Nunca debes encariñarte con las personas que te cuidan. Todos sabéis que mi vínculo con Irene es muy especial, pero el de Moris L'a Cuack con Clara, conocida comunmente como Truslais, tampoco que se quedaba corta.
Tal vez Moris L'a Cuack haya sido uno de nuestros primeros mártires, por eso mismo, dejo primero la emoción a la razón.   Y eso no sentó demasiado bien a nuestros camaradas. Pero vayamos por partes. Moris L'a Cuack era hijo de Madame L'a Cuack, la prostitua más prestigiosa de toda Cuatupía y de Mr. L'a Cuack, el mayor traficante de todo Pato México. Como era de esperar, la infancia de Moris L'a Cuack fue la más sencilla del mundo. Pero sus padres murieron en un trágico altercado entre bandas rivales a la de su padre. 
Aquí de niño con sus amigüitos.


Solo y herido, vagó por todo Cuatupía en busca de ayuda, que le fue denegada por ser hijo de quien era. Entonces se rindió. ¿UN PATO RINDIÉNDOSE? ¿Pero qué invento es este? ¡claro que no se rindió! Siguió caminando hasta encontrarse en una ciudad de las afueras de Madrid, Alcalá de Henares. Allí una chica, Clara, le encontró y enternecida por la historia de dicho pato, se lo llevo a casa a curarle las heridas de guerra, y a ayudar a cicatrizar el dolor de la pérdida de sus padres. Poco a poco fueron hablando, conociéndose, entendiéndose, y nació una amistad muy grande, poca gente puede entender como es la amistad que une a un pato con su compañera, pero es muy intensa esa relación. 
Pero entonces, se hizo demasiado mayor, Moris L'a Cuack creció, Moris L'a Cuack dejó de ser un niño, Moris L'a Cuack ya no podía seguir viviendo con Clara, y Clara lo sabía, y Moris L'a Cuack lo sabía también.
Y se despidieron, fue un adiós, ni si quiera un hasta luego. Un adiós que a Moris L'a Cuack le dolió más que cualquiera de las puñaladas que recibió más tarde. Moris L'a Cuack comprendió que no volvería a ver a su niña, que no la vería crecer y madurar. Y eso fue lo que realmente le mató, seguía vivo, pero por dentro estaba empezando a podrirse. El dolor le consumía, la tristeza le agotaba y los patos le humillaban. Descubrieron su secreto, ¿Un pato y una humana, juntos? ¿Sin relaciones sexuales? ¿Simplemente siendo amigos? ¿Qué clase de chiste sin gracia era ese?
Una, dos, tres, y hasta treinta y siete puñaladas. Sangre, dolor, gritos, su fin.
Pero él fue para mi un ejemplo a seguir. Y ahora, tras una larga lucha, los patos y los humanos pueden tener amistad, pero tampoco mucha, que si no si al final les destruimos, será muy difícil.






Esta entrada está dedicada con mucho cariño a Moris L'a Cuack, que ahora vuela entre patos como él y a Clara, por supuesto :)