Pero yo quería más.
¿Dónde estaban esas jovencitas de las que siempre leía?
Con sus anchas caderas, sus infinitas curvas y sus cortas faldas.
Anhelaba salir.
Anhelaba volar.
Anhelaba tener algo que añorar.
¿Por qué, cruel existencia?
¿Por qué he de ser un pato?
No uno cualquiera, no uno cualquiera...
¡Quiero correr por las calles de Nueva York!
¡Quiero navegar por el Océano Índico!
¡Quiero correr una maratón!
¡Quiero tener tres niños!
Son tantas las cosas que deseo...
¡Oh! Malditos humanos.
Ellos pueden pasar páginas con sus dedos, pueden pelar las frutas y usar todo tipo de artilugios.
No son conscientes de la suerte que tienen...
Pero este marginal Pato, se lo mostrará, de la peor forma posible.
Lo que haré será..."
Es lo único que conservo de las memorias de mi tataratataratatarabuelo, y si esa es su palabra, ¡Pituitaria Esfinter, del linaje Esfinter, lo conseguirá!
Porque era su último deseo, y yo me encargaré de cumplirlo para él.
Claro que sí, la sangre es lo primero...y si eso fue lo que dijo...a por todas, tienes mi voto por si alguna vez tienes algún infiltrado en política...si es que ya no lo tienes! Mua!
ResponderEliminarOh, querida, tengo muchos infiltrados patos, pero si, necesito humanas en mi lucha:)
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