De vuelta de las vacaciones

No os voy contar mis vacaciones aviarias, eso será en otra entrada.
Sólo que sepáis que he vuelto del paraíso para volver al infierno de la ciudad.
A los patos no nos gustan las ciudades, aun que son necesarias para manejaros, sucios humanos. Por eso vivimos en ella. A los patos nos gustan los estanques, los lagos, los ríos... Pero odiamos volar.
Los patos somos complejos, casi tanto como vosotros. Es curioso, vosotros soñáis con volar, nosotros que tenemos ese don, tenemos auténtico pánico a usarlo. Vosotros quisierais vivir en el agua, nosotros que podríamos hacerlo, tenemos miedo al mar.
Son tantas las cosas que nos diferencian que a veces me planteo si realmente no somos iguales.

Y hoy, por ser un día especial, en que este pato está alimentándose de cereales mientras estudia para los exámenes que se le vienen encima, os pondré algo de música humana, algún día os deleitaré con patos.

Hamor para todos, sobre todo para las mujeres hermosas.