Amistad humana-pato.

Hoy, escribiré en nombre de mi amiga, compañera, la que me cuida a diario. Es la mejor humana que he conocido, la única que comparte ese amor odio tan intenso hacia vuestra especie. Siempre intenta alejarse, pero nunca lo consigue.
Esa chica le dijo a este pobre pato que se siente sola, que se siente una estúpida payasa con la única función de hacer reír a los demás. Yo la dije "¿Y eso que tiene de malo? Mucha gente pagaría por poder ser así"... Eso la molestó más incluso.
A veces me pregunto, ¿y qué puede hacer este torpe pato para animarla?  Ella tiene sus amigos humanos, pero para ella eso no es suficiente, necesita más, y nadie puede dárselo. Yo me jugaría mi ala derecha por darle lo que quiere, pero es tan imposible. ¿Qué clase de persona puede desear la absoluta soledad pero odiarla por completo? nunca la entenderé...
Pero yo sigo intentándolo. La despierto todos los días con un "¡Buenos días :)!", preparo su desayuno, dejo la ropa preparada, hago su mochila, e intento hacerla feliz.
Porque los patos, somos muy fieles a nuestras amas. Y ella es genial, aún que casi nunca se de cuenta. Pero para eso estoy yo, una pequeña voz en su cabeza, un pequeño respiro en su manantial de problemas. Soy su apoyo, y ella disfruta viéndome escribir, ella disfruta con este blog. Más de lo que muchos imagináis.
Así que, si tenéis oportunidad, comprad un pato. No son muy caros, y son la mejor compañía. 
Y, estimadísima amiga, hoy, por otra excepción, dejaré una canción para ti. Porque quiero que recuperes el vuelo, que vuelvas como aquel verano que nos conocimos. Tú eras feliz y yo sonreía por ello.