¿Por qué dejarlo todo para el final?

Es una costumbre que los patos tenemos desde hace tres siglos.
Los patos somos más rápidos que la media de animales, aun que nunca ha sido apreciado por la vista humana, ya que podemos ir y venir más de 15 veces en menos de un segundo, vuestra vista y percepción es incapaz de verlo, por supuesto, ya que sois seres claramente inferiores a los que tenemos la hegemonía del mundo, es decir, patos y unicornios.
Al principio, siempre que algo se nos ordenaba, lo hacíamos al instante, porque teníamos miedo de que se nos olvidará y tal. Pero hubo un pato muy vago, su nombre era Yuven. Yuven siempre lo dejaba todo para el final, sin embargo, los resultados eran altamente prósperos y por supuesto, conseguía el triunfo en todo lo que hacía.
Eso frustraba a sus compañeros de trabajo, pero harto de réplicas, Yuven dijo: "Si tanto os molesta, probarlo vosotros".
Y así lo hicieron. Dejaron todo para el final, excepto algunos que se negaban a cambiar de costumbres. Los resultados fueron impecables. Esa velocidad que caracteriza a los patos fue una grandísima ventaja. ¿Qué más se podía pedir?
Los humanos intentaron seguir esta tradición de los patos, pero los resultados no han sido tan favorables como para nosotros.
La próxima vez, prueben a crear sus propias costumbres.